Breve observación general sobre los extranjerismos
Los expertos no prohiben que los vocablos tomados en préstamo, siendo extranjerismos crudos, se adaptaran gráficamente a la lengua, volviéndolas a ésta siempre que se valiese de normas en el proceso de conversión.
Hay, empero, que advertir que otro hablante puede censurar tenazmente la labor de conversión, de llegar a notar que se ha violentado la pronunciación de un extranjerismo o que la grafía que se le ha dado ha sido severamente modificada. De hecho, cuando la labor de conversión es confusa, puede parecer que falta la destreza del idioma extranjero del que se pidió fallidamente la adopción de una voz cruda. Por ejemplo, pienso que no es bienvenido entre los hablantes del español que el extranjerismo crudo blue jean sea escrito como bluyín, según es debido. Antes bien, escribir bluyín podría dar pie para que el escritor fuera censurado inmediata y ferozmente. Algo habría que decir sobre la facilidad con la que los hablantes de una lengua tienen para defener la tradición de su lengua materna. Adaptar un extranjerismo crudo puede resultar socialmente en la exclusión o rechazo. Es llamativo que haya un alto riesgo de caer en una especie de ostracismo. Pero, por ejemplo, al pedir un pan de ojaldre con forma de medialuna con el nombre de cruasán, correspondiendo la adaptación al extranjerismo francés croissant, quizás no tenga una implicación tan severa y, por el contrario, sea una corrección sutil que de pie para ser admirado por más poco. Otros ejemplos de extranjerismos crudos que han sido fácilmente adaptados: home run por jonrón, hippie por jipi (ver La letra h). Tan crudos como las siglas: radar, láser (ver Orígen de las abreviaciones gráficas).
Mientras un extranjerismo crudo no se adapte a la lengua por parte del escritor, según las normas debidas, deberá escribirse en los textos españoles "con una marca gráfica que destaque su condición de palabras pertenecientes a otra lengua" (601). De no marcarse el préstamo lingüístico y de faltar la labor de conversión del extranjerismo, el escritor faltaría a la recta grafía. Se recomienda que los extranjerismos crudos, cuando no sean adaptados, tengan una escritura cursiva (601); como alternativa, los extranjerismos crudos pueden escribirse entre comillas. Los extranjerismos crudos pueden ser palabras, locuciones, dichos, etc.
Los extranjerismos adaptados son voces extranjeras que los hablantes consideran como propias del léxico de su lengua natural. Estas voces "se consideran palabras españolas a todos los efectos y, por tanto, no necesitan marcarse en modo alguno" (604).
Breve observación sobre los latinismos
El español tiene un léxico heredado, un léxico patrimonial. Este léxico es el que se ha conservado del latín, su lengua madre y preciosa matriz. El latín es la madre y matriz de las lenguas románicas.
A esa "base léxica" (605) se le incorporaron históricamente varios extranjerismos, que hoy por hoy son extranjerismos profundamente adaptados: arabismos, galicismos, italianismos, indigenismos, anglicismos, etc. El inventario del préstamo lingüístico arraigado se denomina léxico adquirido.
Un cultismo es una voz que se adapta del griego clásico o del latín clásico, independientemente de si se considera como voz cruda o como voz arraigada.
Según lo dicho, debe distinguirse entre los latinismos crudos y los latinismos adaptados (607). Los crudos, deben escribirse como se escribían originalmente y llevar una marca gráfica que indique que son préstamos lingüísticos (cursivas, comillas; 607). Ejemplos: animus, triclinium, trivium, caldarium, tabulae, etc. Hay, por otra parte, los adaptados.
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