La relación numérica entre los vocales y los consonantes es de 2 a 8. Casi 20 % de los fonemas españoles son vocales, los restantes consonantes (ver Ilustración).
Los cinco fonemas vocales son: /a/, /e/, /o/, /i/, /u. Los diecinueve fonemas consonantes son: /f/, /z/, /s/, /j/, /p/, /t/, /ch/, /k/ , /b/, /d/, /y/, /g/, /m/, /n/ , /ñ/, /l/, /ll/, /r/, /rr/.
Los fonemas vocales. Si limitaramos que el hablante del español sólo pudiera emitir los fonemas vocales y que su único propósito en la vida fuera el de emitirlos; si tal cosa fuera posible, por remota que sea, el aparato fonador de ese hablante hipotético, según los expertos, estaría constituído suficiente y únicamente por dos rasgos distintivos: "por el grado de abertura de la cavidad oral y la posición de la lengua en el eje anteroposterior de la boca" (55).
Principalmente, la apertura de la cavidad oral puede estar bien abierta, puede estar abierta a medias o puede estar plenamente cerrada.
Por otra parte, hay dos posiciones de la lengua relevantes. En particular, interesa como referente el dorso de la lengua, su cara superior. Está la posición palatal de la lengua, en la que el dorso de la lengua está próximo al paladar duro. Está también la posición velar, en la que el dorso de la lengua se aproxima al velo del paladar, una región situada 'más hacia atrás' del paladar duro.
Los cinco fonemas vocales españoles se clasifican, según los tres grados de apertura de la cavidad oral mencionados y las dos posiciones de la lengua mencionadas.
El fonema vocal español /a/ es un sonido que requiere para su emisión únicamente una apertura de la cavidad oral bien abierta.
Los fonemas /e/ y /o/ tienen en común que requieren para su emisión una apertura media, y tienen de diferente que el uno requiere una posición palatal de la lengua y que el otro requiere una velar.
Los fonemas /i/ y /u/ tienen en común que requieren para su emisión una apertura cerrada, y tienen de diferente que el uno requiere una posición palatal de la lengua y que el otro requiere una velar.
En síntesis,
Los fonemas consonantes. Si limitaramos al hablante del español a hablar únicamente con fonemas consonantes, él requeriría unos rasgos distintivos que estuvieran determinados: primero, por la zona de articulación; segundo, por el modo de articulación; tercero, por la acción de las cuerdas vocales.
Las zonas de articulación son cuatro: labial, dental-alveolar*, palatal o velar (53-54). Según el modo de articulación, los fonemas son o bien orales o bien nasales; y, si son orales, o bien son fricativos, oclusivos, laterales o vibrantes (52-53). Las cuerdas vocales o bien vibran, en cuyo caso el fonema es sonoro, o bien no vibran, en cuyo caso el fonema es sordo.
Los fonemas consonantes españoles, según las zonas en las que se articulan, se clasifican así: son labiales los cuatro fonemas /f/, /p/, /b/ y /m/; son dental-alveorales* ocho, /z/, /t/, /d/, /s/, /n/, /l/, /r/ y /rr/; son palatales cuatro, /ch/, / y/ , /ñ/, /ll/; son velares tres, /j/, /k/ y /g/. Para ver las proporciones, véase la ilustración adyacente.
El español requiere una gran movilidad al momento de articular los organos de la cavidad oral, porque gran parte de sus fonemas consonantes requieren del uso de la lengua, un órgano móvil.
Los fonemas consonantes españoles, según el modo de articularlos, son en su mayoría orales y en su minoría nasales. Durante la emisión de los fonemas nasales el flujo de aire proveniente de los pulmones sale al exterior por la cavidad nasal, por los orificios de la nariz; esto ocurre si el velo del paladar en la faringe abre el paso al aire, en caso contrario los fonemas serán orales, ya que el aire pasaría sólo a través de la cavidad oral.
Dieciseis son orales: cuatro fricativos, /f/, /z/, /s/, /j/; cuatro oclusivos, /p/, /t/, /ch/ y /k/; cuatro sonoros /b/, /d/, /y/ y /g/; dos laterales /l/ y /ll/; y los vibrantes simple, /r/, y doble, /rr/.
Tan solo tres son nasales: /m/, /n/ y /ñ/.
Los fonemas consonantes son, por tanto, 84.21 % orales y 15.79 % nasales.
Los fonemas orales fricativos, /f/, /z/, /s/ o /j/, se caracterizan por ser sonidos con un ruido de roce o fricativo, ya que el aire sale por un estrecho canal. El aire sale con presión al exterior y las emisiones se asemejan a los silbidos. Silibante algunos le llaman al fonema /s/, otros también le llaman así al fonema /z/. Es tradición en las gramáticas griegas llamar aspirado al fonema /j/. El fonema puramente fricativo es /f/: el aire fluye estrechamente por medio del canal entre el labio inferior y los dientes superiores, que se ve reducido por la proximidad entre aquél y éstos.
Los fonemas orales oclusivos, /p/, /t/, /ch/ y /k/, se caracterizan por ser sonidos similares a una exploción, definida como una abrupta y total interrupción de la emisión del sonido, ocasionada por algún obstáculo para el flujo del aire. La mejor onomatopeya para una exploción será ¡pum! , por la sencilla pero a veces no clara razón de iniciar con un fonema oclusivo. ¡Tas! ¡Tan! son onomatopeyas para un golpe, o similares. Adicionalmente, los expertos llaman africado al fonema /ch/: puesto que se abre un estrecho canal, luego de la interrupción brusca del sonido principal.
Los fonemas orales laterales, /l/ y /ll/, se caracterizan por ser producidos, cuando la lengua, estando en contacto con la parte superior de la cavidad bucal, obstaculiza el paso del flujo del aire por el centro, permitiéndole salir sólo por los lados. Se llama líquido tradicionalmente al fonema /l/.
Los fonemas vibrantes son, igualmente, dos en el español: /r/ y /rr/. La lengua demuestra su distintivo motriz, al bloquear y dar paso sucesivamente al flujo de aire.
Finalmente, los fonemas consonantes españoles, según la acción de las cuerdas vocales, o bien son sordos o bien son sonoros. La mayoria son sonoros. Los sordos son ocho: los fricativos, /f/, /z/, /s/ y /j/, y los oclusivos, /p/, /t/, /ch/ y /k/.
En síntesis,
No hay comentarios:
Publicar un comentario